“En Tierras extrañas la Gente hace cosas extrañas”
-Este no es tu Mundo, Amigo-
A.M.L. “Rosa Mística” de la F.R.A. española
¡Paz, Tolerancia, Verdad!
Últimamente, los científicos están dando la razón a los gnósticos en algunas de sus más novedosas reflexiones. La última tendencia es afirmar, claro hipotéticamente, que éste Mundo no está hecho para nosotros; pero como no quieren dar su brazo a torcer, respecto de su materialismo, argumentan que muy probablemente seamos originarios de otro Planeta o que una hipotética Civilización, súper avanzada, podría habernos creado a partir de los primates.
Está claro que el Mundo no está construido a medida de nuestras necesidades emocionales y estructura mental. Así, vemos que el Mundo está regido por la Ley de la Supervivencia del más fuerte, más astuto, más apto o más listo, tomen lo que les venga mejor, y donde lo natural y cotidiano es matar o ser muerto; es decir, comer o ser comido.
Efectivamente, la Gnosis nos dice que somos algo extraño para éste Mundo extraño que no es el nuestro; pero no porque algún otro nos haya diseñado, construido y dejado caer por acá, como quien encierra una iguana en un terrario.
Los seres humanos somos seres Divinos encadenados a cuerpos primates modificados, por nuestro propio Espíritu, con la finalidad de poder manifestarnos de algún modo, en tanto que nuestra verdadera Naturaleza quedó fragmentada al entrar en contacto, de forma accidental, con la Creación material del Demiurgo.
Que no tengamos memoria de ello no significa que ésto no haya sido así. Nuestra desmemoria está producida porque al encadenarse el Espíritu con estos cuerpos, su Alma animal, temporal y mortal, no tiene posibilidad de acceso a los recuerdos del Alma Pneumática o espiritual, de naturaleza eterna e inmortal.
De vez en cuando, de tarde en tarde, algún chispazo de Luz, surgido de nuestra Intuición, consecuencia de alguna añoranza cósmica ancestral, nos hace pensar que algo no anda nada bien. Esto da pie a que comencemos a indagar en nuestro interior, reflexionando, y sacando conclusiones hipotéticas que pudieran, o no, acercarse a la Realidad de nuestro Estado Caído en Desgracia.
Aún así, son legión los humanos naturales, hílicos según la Gnosis, que consideran éste Mundo Infernal, residencia purgatorial, como algo Hermoso y de magnífica belleza digno de ser protegido, incluso a costa de las preciosas e imprescindibles vidas humanas. Lo que los hílicos, los líderes religiosos también lo son, no se dan cuenta es que la belleza de éste Mundo es aparente en cuanto que se trata de un mero reflejo del genuino Mundo Original y de donde el Ser Humano, en tanto que Espíritu primordial, procede.
No obstante, al poco de nacer, vamos siendo acondicionados, del mismo modo que lo fueron nuestros progenitores, a adaptarnos a las formas y maneras de éste Extraño Mundo. Un Mundo que pertenece a los seres materiales creados; desde los virus y las bacterias hasta las plantas, en toda su diversidad, pasando por todos los animales, desde insectos hasta antropoides, incluidos los cuerpos modificados, por nuestro Espíritu, que ocupamos. Éste Mundo, así es, les pertenece a ellos pero no al Alma que ha ocupado los cuerpos del Animal denominado como Hombre.
Estamos atados al Mundo con las cadenas de nuestros cuerpos. Unas cadenas, además, que aunque podamos, no debemos romper, pues eso supone descubrir que cadenas mucho más poderosas, las Leyes naturales, nos tienen atrapados sin posibilidad de escapar, al menos de un modo convencional.
No sirve con acabar con nuestro cuerpo material provisional, dado que nuestro Espíritu quedaría expuesto como una hoja de laurel a merced del viento; sino que hay que seguir una metodología apropiada con el fin de reintegrarnos a nuestra Condición Divina Original. Ése método es conocido de muchas maneras y de las que, contínuamente, hablamos por acá. Una de ellas es la Transfiguración producto del Proceso de Cristificación; pero que también es conocido, por la Religión, como el “Nuevo Nacimiento” o nacer de nuevo, del Fuego y del Espíritu y que no es otra cosa que el verdadero significado del simbólico Segundo Bautismo.
Algo que nos tiene que quedar claro es que no sirve tomarnos, tal y como estamos en nuestra condición actual y trasladarnos a nuestra Morada Original. Esto no sirve porque la vibración de nuestro verdadero hogar es tan alta que, inmediatamente, quedarían nuestros cuerpos materiales desintegrados y el Espíritu, de nuevo, sin un vehículo, aunque sea grosero, con el que pudiera manifestarse.
Con el tiempo vamos asumiendo que este extraño Mundo es el nuestro y terminará no pareciéndonos tan extraño, al punto de que nosotros nos volvemos tan extraño como Él y comenzamos a actuar de forma extraña a nuestra propia Naturaleza Divina.
Así, el egoísmo y el Instinto de Supervivencia se apodera de muchos de nosotros al ser inoculados, por la Ignorancia, con la Enfermedad del Miedo. Así, dejamos de ver a los nuestros como hermanos y los vislumbramos como competidores de espacio y recursos que habría que eliminar o, al menos, apartar de nuestro Camino.
La Naturaleza de los seres humanos no es ser ladrones, maltratadores y asesinos; pero éste Mundo extraño, si no somos más listos que Él, nos irá modelando hasta que olvidemos la Peregrina idea de que éste Mundo Extraño no es nuestro Mundo y que estamos aquí, de forma postiza, con el fin de sanarnos y recuperar, mediante un largo proceso Iniciático, nuestra verdadera Condición Divina Original, lo único que nos puede ofrecer el salvoconducto para retornar a nuestro verdadero Hogar, con un Nuevo Cuerpo, de Naturaleza Espiritual, reconstituido.
Ciertamente, nuestros científicos se encuentran, cada día, más cerca de la Gnosis; pero les falta abandonar a ése ídolo del materialismo y al que, casi todo ellos adoran, con el fin de que la entiendan tal y como verdaderamente es y no como la imaginan.
En Luz, Verdad y Amor
¡Que las rosas florezcan en vuestra Cruz!
Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. en España; Linaje Huiracocha, Aureolus, Camael, Amorifer
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