lunes, 11 de diciembre de 2023

15.- La inutilidad de la Teología

  "La absoluta inutilidad de la Teología"


-¿Como discutir sobre dogmas absolutos imposibles de demostrar?-


Teología: "Ciencia que trata acerca de Dios y del conocimiento que el Ser Humano tiene acerca de Él"


Filosofía: "Conjunto de reflexiones sobre la esencia, las propiedades, las causas y los efectos de las cosas naturales, especialmente sobre el Hombre y el Universo"


Metafísica: "Parte de la Filosofía que trata del Ser, de sus principios, de sus propiedades y de sus causas primeras"


Si eres Licenciado en Teología o fuiste un ferviente estudioso de la Teología; es posible que lo mejor para tí sea discontinuar tu lectura y utilizar tu tiempo en mejores cosas; dado que nuestro Trabajo podría afectarte gravemente en tu Salud Emocional.


Fijaos la incongruencia de la afirmación acerca de que la Teología es la Ciencia de Dios, cuando es la Filosofía el origen de la Ciencia y no hay nada más contrario a la Filosofía que la Teología. 


Algunos, equivocadamente, argüirán que la Teología es parte de la Metafísica; pero eso no es cierto.


¿Como puede considerarse como ciencia algo que está fundamentado en dogmas descritos por el propio Ser Humano?, Claro, eso si no tenemos en consideración que los estudios sagrados que analiza la Teología, dícese, que son inspirados por Dios a los Hombres. La Teología trabaja sobre dogmas y misterios irresolubles; pero que intentan ser explicados por la imposible facultad del Ser Humano de conocer la Mente de Dios. 


Si comenzamos partiendo de éste criterio ¿Qué sentido puede tener el conocer lo que Dios piensa o lo que Dios sea?


La Teología, en tanto que el estudio de las religiones y de sus respectivos dioses o divinidades tiene el mismo valor que pudiera tener el estudio de la Historia de la parapsicología y sus diferentes manifestaciones.


Solo la Metafísica, en tanto que parte indisoluble de la Filosofía puede intentar comprender a Dios, en tanto que parte inherente del Ser Humano; pero claro, la Metafísica no se inmiscuye en asuntos externos al Ser y, sin embargo, la Teología basa su existencia en la firme creencia de que Dios es algo externo y separado del propio Ser Humano. 


Los asuntos teológicos, como no, pueden ser discutidos, aprobados y rebatidos en base a argumentos sofistas; es decir, en base a la más perfecta oratoria de sus argumentistas o detractores; pero, en el fondo, si se analizan sus argumentos, tanto de los unos como de los otros, se comprueba racionalmente que son palabras huecas, vacías y sin contenido. Dicho de otro modo, la Teología está compuesta por infinidad de libros escritos de la forma indicada y de cuyo contenido es imposible sacar alguna conclusión sensata acerca de qué o quién es Dios, en tanto que sus argumentos se encuentran fundamentados en creencias dogmáticas que solo pueden ser aceptados mediante una Fe ciega.


La Teología viene a ser como una balsa en un tanque de aceite y sobre la cual se ha construido algún tipo de construcción con el fin de analizar lo que es el aceite; es decir, los teólogos construyen sus argumentos sobre premisas que han establecido en el pasado; pero que nadie puede probar que no sean falsas. Lo único que pueden argumentar es que se trata de la Palabra de Dios y, por lo tanto, no se puede poner en duda. ¿Como podría estudiarse el aceite analizando solo agua?.


La Teología, al contrario que la Filosofía y la Metafísica que trabajan sobre dudas y cuestiones existenciales, ofrece respuestas; pero respuestas que deben de ser, simplemente, aceptadas per sé, en tanto que no hay forma ni experimental ni mental de poder analizarlas de una forma mínimamente racional.


Así, un buen Teólogo experimentado en la Oratoria Sofista, puede vencer, en el estrado, a un filósofo no experimentado en la Oratoria Sofista. Para que se hagan una idea, eso es lo que también pasa en la Política y por lo que los políticos no son los mejores gestores posibles sino los más avispados charlatanes.


La Filosofía no se ocupa de enlatar conceptos dogmáticos imposible de comprobar, sino que derriba paredes o abre ventanas con preguntas sobre preguntar realizadas sobre otras preguntas, con el fin de intentar comprender, de un modo lo más racional posible los conceptos sobre la Existencia y el Ser. En éste sentido, la rama de la Metafísica no diferencia entre el Ser y Dios, en tanto que ambas cosas son Mente y pueden tratarse como una misma cosa. Así la Filosofía puede ser entre panteísta y deísta; pero nunca teísta, en tanto que el Ser, la Mente Cósmica, no se encuentra separada de su Creación sino que una cosa está íntimamente ligada a la otra.


La Filosofía, incluida la Metafísica, permite la libertad de discrepar; pero la Teología, que se basa en argumentos dogmáticos inamovibles, impide que la mente de los seres humanos pueda volar fuera de ese contenedor cerrado a cal y canto donde se conservan los dogmas que, vanamente, intentan explicar los misterios incomprensibles de la Divinidad.


Así uno cierra los ojos e intenta observar las cualidades de la Divinidad y, efectivamente, algunas son muy comprensibles, como que Dios es infinito, lo abarca todo y por lo tanto se encuentra en todas partes; pero cuando se intenta explicar que Dios es inamovible, extático, perfecto y de un poder infinito, comienzan a surgir lagunas intelectuales que intentan ser selladas mediante el Dogma. Es decir, se dice que la Mente de Dios, por incomensurable, es incomprensible para la pequeñez de la Mente Humana y así se tapa de forma grotesca y artificial la discrepancia con la sinrazón, en tanto que Dios no puede ser estático, dado que entonces nada podría existir. 


Dios se encuentra, en su conjunto, en permanente movimiento y por lo tanto, progresa, se transforma y evoluciona, tanto en poder como en perfección. Así, determinar teológicamente, que Dios es perfecto y todo poderoso no solo va en contra de la razón, sino que pone en solfa la propia existencia de Dios. Un Dios estático, perfecto y todo poderoso es una entelequia utópica que no cabe para la razón y cuando la Filosofía, base de la verdadera Ciencia, lo intenta analizar entra en una inercia infinita semejante a la del número Pi. Sin embargo la Teología no se despeina cuando dice que hay ciertas cosas que son de naturaleza indescifrable y que solo Dios puede conocerlas.


En lo que no cae en cuenta la Teología es que en el Hombre, como en toda la Naturaleza, vive la esencia de Dios y, por lo tanto, el Ser Humano, en tanto que ser Consciente y de Naturaleza Divina posee la capacidad de entender a Dios, en tanto que él es parte de Dios; pero no de una manera dogmática, tal y como ofrece la Teología, sino de forma racional tal como nos invita la filosofía a hacerlo. Eso quiere decir, que los supuestos misterios aunque se encuentren archivados y no se desechen, jamás se tendrán como indescifrables para siempre y, de vez en cuando, se sacarán de sus estanterías para analizar y comprobar la certeza o no de sus premisas. Sí esto se produce, dejarán de ser un misterio y pasará a formar parte de la Ciencia; pero si esto no se produce, en modo alguno se desechará, síno que volverá a su archivo de los misterios irresolubles, hasta que nuevos estudios y argumentos puedan comprobar la certeza o falsedad del Misterio.


La Teología, sin embargo, construye castillos de humo basados en la mera creencia, aunque ésta se encuentre alejada de la más mínima razón. Así, la Teología, en tanto que estudio de Dios y de la Religión, no puede ser considerada de otro modo que fantasía, al igual que las obras de hadas, espada y brujería. Así, la Teología es un error que sea considerada como Ciencia, aunque así esté establecido en todas las cátedras del Saber Oficial.


La Teología estudia los libros sagrados, del mismo modo que los aficionados al Libro de Urantia, de Star Trek, Dune o del Señor de los Anillos, se reúnen para discutir acerca de Urantia, Arraquis, la Federación de Planetas Unidos o la Tierra Media. Sí lo miran bien, es un tiempo perdido y sin utilidad alguna que solo sirve para cubrir el tiempo de fanáticos ociosos.


Aralba R+C  





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