12.- La fiebre egipciana

  "La fiebre egipciana"

-Fabricando una realidad-

En el Siglo XVII, todo orbitaba alrededor de las guerras entre religiones. Poco o nada se conocía del Antiguo Egipto y, por lo tanto, en los manifiestos rosacruces nada se habla de ello; pero la Rosacruz y la Masonería a partir del Siglo XVIII, según una inmensa mayoría de presuntos eruditos, mal formados, provienen de los templos sagrados del Egipto Faraónico. ¿Como es posible que se haya llegado hasta semejante disparate?

No sería hasta el Siglo XVIII que comenzaría la fiebre por la Historia desconocida de la Tierra de Cleopatra y donde, curiosamente, había florecido el Hermetismo y las diferentes vertientes de la Gnósis Cristiana; nos estamos refiriendo a Alejandría, la Ciudad de la moderna Biblioteca que intentó preservar el Conocimiento del antiguo Cristianismo, de las hogueras del fanatismo católico-romano.

Faltaba casi un Siglo para que naciera el Gran Champollión, con quién comenzaría la Ciencia de la Egiptología y la traducción de los textos egipcios gracias al descubrimiento de la Piedra Rosetta; es decir, aún no conociéndose nada del Egipto faraónico preptolomeico, algunos eruditos masones se afanaron en propagar el mito de la ascendencia egipcia de la Masonería y, como no podía ser menos, de su amada Rosacruz.

El Siglo XVIII no solo fue el Siglo de la Masonería, sino también de los grandes mitólogos que crearon una Historia paralela del Antiguo Egipto y que, a pesar de todos los descubrimientos existentes, que invalidan dichos mitos, ha permanecido inalterable hasta nuestros días.

Esa visión romántica acerca de una super cultura egipcia iniciática se propagó gracias a personajes, reconocidos charlatanes, como Cagliostro y a ingenuos genios como el magnífico Mozart.

Así han llegado juntos, hasta nosotros, el conocimiento de los sabios arqueólogos del Siglo XIX, junto a los irresolubles mitos de los imaginativos charlatanes masones del Siglo XVIII.

Con el fin de disculpar tal discrepancia, los mitómanos arguyen que su Conocimiento proviene de archivos secretos que se encontrarían en posesión de determinadas Sociedades Secretas y que ese Conocimiento es completamente ajeno para los investigadores oficiales que se dedican al noble oficio de la Arqueología.

El Siglo XIX, con el surgimiento del Espiritismo primero y de la Sociedad Teosófica, después, proporcionó pseudo argumentos para los creyentes en esa Historia Oculta de los egipcios y que la Ciencia Oficial, según ellos, no quería ver debido a un paradójico fanatismo de su Ciencia materialista.

Así, en nuestro tiempo, siglos XX y XXI, aún existen muchos masones y estudiantes rosacruces que defienden el Mito de la Historia Oculta de los egipcios y que habría ido resguardando sus conocimientos en las secretas bibliotecas de sus templos, pasando de mano en mano, supuestamente, hasta las sociedades secretas de Hoy.

Esta creencia, aunque pudiera parecer lo contrario, es muy común entre muchos hermanos masones y estudiantes rosacruces de las diferentes denominaciones, hasta el punto de que podemos encontrar a algunos licenciados que defienden estás anomalías históricas, sin apenas despeinarse y así, el fraude y la mentira se siguen propagando, en muchas ocasiones, de forma inconsciente; creándose una suerte de "Realidad Paralela" pero que solo habita en la mente de sus muchos creyentes.

Por regla general existe una suerte de ladina permisividad hipócrita, de parte de muchos verdaderos eruditos, tanto de la Masonería, como de las sociedades rosicrucianas, que hace posible el que estos embustes, no solo prosperen sino que se fomenten en muchos de sus templos y logias.

Así hoy existen las mal denominadas, como universidades rosacruces y bibliotecas masónicas, donde se defiende la existencia de esa Historia paralela, oculta en las sombras, y a la que solo unos pocos adeptos iniciados tendrían acceso. Y hay gente que se lo cree. Hacedme caso que esto es así.

Ese mito egipciano añadido a la Rosacruz, es lo que nos ocupa a nosotros, impide desde hace siglos que la Reforma Universal de la Rosacruz pueda ser tomada en serio por los verdaderos eruditos universitarios, herederos espirituales de Comenius, y que defienden la Verdad Histórica aunque no sabemos cuántos son, si muchos o pocos.

Esa fiebre egipciana, mencionada en nuestro Título, aunque con menor fortaleza permanece intacta hasta nuestros días, degradando y desacreditando al verdadero Conocimiento de la Gnósis Cristiana que predicara la verdadera Rosacruz Alemana del Siglo XVII. Un conocimiento libre de supersticiosos dogmas y que jamás podrá afrentar a la verdadera Ciencia, en tanto que ambas caminan de la mano.

Aralba R+C