"¿De donde procedemos, qué somos?"
-La Gnosis del Nuevo Testamento-
A.M.L. "Rosa Mística" de la F.R.A. española
¡Paz, Tolerancia, Verdad!
No, no pretendemos usar la Biblia al modo y manera en que lo realizan las iglesias convencionales, ya sean católicas, protestantes o sectarias como los mormones o los testigos de jehová; sino que nos basamos en la Máxima de que "Toda Palabra es Inspirada por Dios para Enseñar" Algunos exégetas utilizan estas palabras del Libro de 2a de Timoteo 3:16-17: "Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra", como una mera aseveración de que el conjunto de la Biblia es la Palabra de Dios; pero la Biblia, en realidad, es un compendio realizado por humanos de escritos de diferentes épocas y diferentes localizaciones y, en ese sentido, no existen pruebas para determinar que los humanos que escribieron dichos libros estuviesen más inspirados que aquellos otros que escribieron otros similares y que fueron desechados por motivos interesados de carácter religioso o político.
Simplemente exponemos estos textos bíblicos porque son los que se encuentran a disposición de todos; dado que será rara la casa donde no exista una Biblia, ya sea Católica, Ortodoxa o Protestante. Si los libros gnósticos, apócrifos para las iglesias convencionales, tuviesen la misma disposición en sus bibliotecas, los utilizaríamos sin lugar a dudas; pero ante la posible idea de que nosotros estuviésemos inventando dichos textos no lo haremos.
Así, todos nuestros lectores dispondrán de su Biblia Personal como referencia para determinar si éste, vuestro servidor, dice algo que ya fuera escrito con anterioridad o algo de su propia invención.
"Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: -Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo (hablando de Cristo en sí), para que también tu Hijo (Cristo) te glorifique a tí; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste (la Humanidad). Y ésta es la vida eterna: que te conozcan (los hombres) a tí, el único Dios verdadero, y a Jesucristo (Cristo en Jesús, hablando de sí mismo), a quien has enviado. Yo (Jesús) te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese (en tanto que Cristo). Ahora pues, Padre, glorificame tú (en tanto que Jesús) al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo (en tanto que Cristo) antes de que el mundo fuese."
(Juan 17:1-5)
Jesús fue un Hombre muy, muy especial, en tanto que fue el primer Ser Humano, del que poseemos referencia escrita, que despertó a Cristo en su Corazón; de ahí el nombre de Jesús el Cristo, Jesús-Cristo o Jesucristo. Jesús, en su iluminación procedente de su propia Esencia; es decir, fue un Avatar procedente de la Iniciación de otro Tiempo, determinó que Cristo vivía en su interior; pero también en los corazones del resto de seres humanos, sus semejantes, aunque durmiente.
Solo habría que dejarlo despertar, para que manejara nuestras emociones al sentarlo en el Trono de nuestro Corazón y nuestro Pensamientos, más tarde, al empoderarlo sentándolo en el Trono de la Cabeza. Jesús tenía eso tan claro que sabía que tanto Él como nosotros somos hijos de Dios y en Dios, por lo tanto, todos somos hermanos.
"Jesús oró; Ellos (acerca del Espíritu de los hombres) no son del mundo, como tampoco lo soy yo. Santifícalos en la Verdad; tu palabra es la Verdad."
(Juan 17:16-17)
Aquí, Jesús reconoció que tanto Él como el resto de nosotros, sus hermanos humanos, con el germen de Cristo dormitando en nuestros corazones, no somos, en Espíritu, de éste Mundo a pesar de que sí utilizamos un cuerpo de éste Mundo con el fin de poder manifestarnos y poseer algún tipo de presencia ante nuestros iguales y que, lamentablemente, se encuentran, igualmente, prisioneros de una prisión virtual inexpugnable, independientemente de que no posea barrotes.
"Porque tanto el que santifica (Jesus-Cristo) como los que son santificados (los hombres que reciben a Cristo en sí), son todos hijos de un mismo Padre; por lo cual Él (Jesús-Cristo) no se avergüenza de llamarlos hermanos,"
(Hebreos 2:11)
Jesús, al aceptar al Cristo que moraba en su Corazón se convirtió en un Santificador. Un Santificador es lo mismo que un "Iniciador"; es decir, alguien tocado por la Gnosis y, por lo tanto, conocedor de la Verdad de la Divinidad del Hombre y con la capacidad de transmitirla a sus semejantes. Esa Verdad es que tanto Jesús como el resto de nosotros, si despertamos al Cristo que vive en nuestro interior, somos hijos de un mismo Padre, de un mismo Creador, Dios mismo, mediante el Demiurgo cristificado y su Madre Sophía, el Eón Sabiduría y donde existe nuestro Universo; en suma el propio Pleroma, en tanto que nosotros somos una emanación del Demiurgo, el Demiurgo lo es del Eón Sophía y la propia Sophía lo es del Pleroma, el Gran Incognoscible, el único y verdadero Dios, del que todos procedemos y en el cual todos nos mantenemos, vivimos, nos transformamos (evolucionamos) y crecemos en experiencia y en sabiduría.
Cuando Cristo despierta en nosotros, todos nos convertimos en transmisores, mediante la Fe de nuestra Intuición Crística, en los transmisores de la Gnosis, para que el resto de nuestros semejantes despierten igualmente, acepten su discipulado y transmitan, igualmente, la Luz de la Verdad, de la Gnósis, del Amor de Dios mediante la aceptación de que solo en Cristo, nosotros en tanto que Personalidad, tenemos Salvación, Redención y consigamos, mediante la Cristificación, la Transfiguración que devuelva al Hombre su Gloria y magnificencia Divina que poseía en origen antes de la falla Cósmica que convirtió al Demiurgo en el prisionero de su propia Creación. Un Espíritu primigenio que no ha dejado de fragmentarse desde que insufló el aliento de vida en su propia Creación.
En Luz, Verdad y Amor
Que las rosas florezcan en vuestra Cruz
Frater Aralba R+C, S.C. de la F.R.A. para España; Linaje Huiracocha, Aureolus, Camael, Amorifer.
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