martes, 9 de enero de 2024

97.- No somos dignos de atar las correas de vuestro calzado

 “No somos digno de ser maestro de nadie”


-Solo somos alguien que da su particular testimonio iniciático-


A.M.L. “Rosa Mística” de la F.R.A. en España


¡Paz, Tolerancia, Verdad!

“Juan dio testimonio de Él, y clamó diciendo: Éste es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.”

(Juan 1:15)


“Éste es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias.”

(Juan 1:27)


Venimos repitiendo, de forma cansina, que la Biblia no es un libro de Historia sino una colección de libros inspirados que deben de ser escudriñados más que con la lógica de una literalidad que no persiguieron sus autores, con una lógica místico simbólica.


En el asunto del Bautismo en las orillas del Río Jordán hay tres Personajes: Juan (Quién Bautiza con Agua), Jesús (Dios Salva) y el Espíritu Santo (En forma de paloma resplandeciente)


Juan el Bautista no es otra cosa que la Personalidad madura que prepara su Vida para la Iniciación; es decir, para la llegada de Jesús, su Maestro Interno o Yo Superior, quien se encuentra aureolado por el Poder propio del Pleroma; es decir, del Espíritu eterno e Inmortal representado por la paloma.


Es por ello que Juan, siendo previo en el Mundo; en tanto que personalidad, reconoce, dada su madurez iniciática, que él no es nada al lado de aquel para el que, durante su vida, ha preparado el Camino. La aparición del Maestro Interior, de Cristo Jesús, recuerden (El Ungido Rey, Dios y Salvador)


Vamos a hacer hincapié en algo que consideramos de trascendental importancia. Nosotros no somos Maestro de nadie, ni siquiera de nosotros mismos, no lo pretendemos ahora, ni nunca lo hicimos. Cuando alguno de ustedes me denomina de tal modo, por respeto y educación, lo tolero; pero no nos gusta y, la verdad sea dicha, a veces nos enoja un tanto.


Recordad que en la Escritura Inspirada se dice que no llaméis Maestro o Señor, ni os arrodilléis ante nadie que no sea Cristo Jesús, nuestro Dios o el Dios de nuestro Corazón como gustan de llamarlo los miembros de algunas organizaciones rosicrucianas.


Esto viene a cuento porque el “Colegio Invisible de la Rosacruz”, en tanto que institución didáctica, para que me podáis entender, viene a ser una suerte de Libro Diario y donde hemos venido plasmando nuestras experiencias espirituales y reflexiones desde hace algunos años; pero, y aquí viene el pero, no se trata de lecciones o literatura sagrada sino tan sólo el humilde testimonio de nuestro Camino y Proceso Iniciático.


Es importante que se entienda bien lo anterior con el fin de que nadie convierta nuestras palabras en una excusa para crear una nueva secta o religión. Yo, como el Loco del Tarot, agradezco vuestro acompañamiento durante todos estos años al borde del precipicio. También si habéis sido tan activos como para copiar nuestro Trabajo y distribuirlo, gratuitamente, por diversos medios; pero recordando, en vuestro interior, que solo se trata de un mero Testimonio personal. Llegará un instante, esperemos que sea más pronto que tarde, que como Discípulos de la Fraternidad de la verdadera y legítima Rosacruz Invisible, debais abandonarme, seguir vuestro propio Camino, la Vocación impuesta por vuestro Maestro Interior, Cristo, y muy importante, transmitir a otros vuestras propias reflexiones y experiencias de vuestro propio Camino Iniciático.


Si lo expuesto en el párrafo anterior no sucede; es decir, os limitáis a transmitir solo mis reflexiones o las de otros discípulos de la Rosacruz anteriores o posteriores, no estaréis progresando en el Camino de la Rosacruz. Ningún Discípulo de la Rosacruz desea tener fans que enmarquen su retrato en sus templos y les rindan, como poco, pleitesía. Solo mostramos nuestro testimonio como un mero y humilde ejemplo lejano de cómo podría o debería de ser vuestra propia Iniciación; pero debéis de recordar que no existen dos iniciaciones idénticas y que cada uno de nosotros somos individuos irrepetibles aunque compartamos a Cristo como el Maestro, tanto de nuestras emociones como de nuestros pensamientos; es decir, del Corazón y de la Cabeza.


Nuestro Testimonio, ante vosotros, viene a ser ese Juan el Bautista a la orilla del Río Jordán; pero Jesús es vuestro Maestro Interior y que mora en vuestro Corazón. Él os proporcionará, en su debido momento, las claves de vuestro discipulado. 


Así, nuestros escritos, aunque inspirados, no nos cabe la menor duda, son transcritos por nuestra imperfecta  personalidad (Juan) y así podemos decir que no somos dignos de atar la suela de los zapatos vuestros; más bien, de Cristo que vive dentro de vosotros, porque por mucho que nosotros, en tanto que sacerdotes de Aarón, que lo somos, os impongamos las manos en la coronilla de vuestra cabeza; es decir, os bauticemos con el agua de la materia, no será otro que Cristo, en vosotros, el que atraiga, del Pleroma, el Incognoscible, el Padre, el Espíritu Sagrado de la Iluminación, la Paloma ígnea de nuestro simbólico Pasaje.


Tomad consciencia de lo importante que es éste Asunto, pues de nada servirá que os convirtáis en unos perfectos eruditos de nuestro Trabajo o del de nuestros predecesores, si no sois capaces de interiorizar primero y exteriorizar, después, todo el trabajo que significa el Discipulado, paso previo a convertirse, primero, en Hermano Lego y, después, en un Adepto o Hermano de la Rosacruz.


No sirve solo con leer y memorizar los textos relevantes de quienes, como meros discípulos,  testimoniamos el Espíritu de la Rosacruz o de los diversos versículos bíblicos. Eso es trabajo de la Personalidad que termina sumida en el círculo vicioso de la repetición vacía de verdadero contenido místico y Espiritual, lo que termina conduciendo a una literalidad absurda que es incomprensible para la lógica y la razón.


Os permito que me acompañéis en nuestro Camino Iniciático mediante nuestro Testimonio contenido en nuestro “Colegio Invisible de la Rosacruz”; pero llegará un instante en que llegaremos al final donde se encuentra el gran precipicio que oculta el Velo de Isis y ese será el punto donde nuestros caminos se dispersarán, porque cuando nosotros no estemos, hayamos saltado, no queremos ni deseamos que nos acompañéis en la partida, sino que retrocedáis vuestros pasos de ese abismo que separa a los mundos y continuéis vosotros, como nuevos discípulos de la Rosacruz, dando el Sagrado Testimonio de Cristo Jesús, mediante vuestras propias reflexiones y experiencias.


Amén


En Luz, Verdad y Amor


¡Que las rosas florezcan sobre vuestra Cruz!


Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. en España; Linaje Huiracocha, Aureolus, Camael, Amorifer



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