"Aprendiendo a ser un Mago"
-Magia Consciente para el Bien Universal-
Hemos aprendido acerca de los verdaderos principios herméticos de la Rosacruz y en qué consisten las leyes que rigen la Magia en el Mundo; pero también qué es la Magia y que nada tiene que ver, al menos muy poco, con lo expuesto en los cuentos de hadas.
Suponemos que conociendo lo que es la Magia genuina, a casi todos nosotros nos gustaría poder convertirnos en magos/as; es decir en hacedores conscientes de Magia en beneficio Universal; tanto de la humanidad como también de la Naturaleza y del Cosmos.
Existe un requisito inequívoco e imprescindible para poder convertirse en un Mago, ser Buena Persona. Sin ésta premisa, nadie puede llegar a convertirse en un Mago genuino.
Pero ser Buena Persona ¿Se nace o se hace? Un poco de ambas cosas; pero en general, se hace, en tanto que quien nace bueno se puede torcer en el Camino de la Vida y quien nace, no tan bueno, puede corregir su destino y convertirse en una buena persona o, al menos, en una mejor persona posible.
Convertirse en una buena persona es algo que se consigue con la práctica consciente de controlar nuestros pensamientos, medir nuestras palabras y vigilar nuestros actos, en el sentido que ya comentamos en nuestra lección anterior; es decir, impidiendo que con nuestro pensamiento, palabra y obras, tanto por acción como por omisión, podamos emitir vibraciones negativas al Éter en el que todo el Universo se encuentra envuelto.
No decimos que éste Camino de estar plenamente consciente sea sencillo y pueda conseguirse en poco tiempo; todo lo contrario; pero en este sentido hay que cultivar las virtudes de la Paciencia y de la Perseverancia. Esto puede llevar desde unos pocos años hasta toda la vida.
Ser Buena Persona, en modo alguno significa salir todos los días a la calle con unas monedas en el bolsillo para dárselas a los mendigos; por cierto, una práctica demasiado extendida entre la gente religiosa. No se trata de ir a la caza del pobre y del menesteroso, sino estar siempre consciente de todo lo que sucede a nuestro alrededor y ofrecer nuestra ayuda a todo aquel que pudiera necesitarla, tanto si nos la pide como si no.
No te voy a engañar, existe gente ladina que va a la caza de las buenas personas para estafarlas y sacar provecho personal de ello; es por dicha causa que, la segunda cosa importante que debe de hacer el futuro Mago es potenciar su inteligencia y conocimiento. Casi cualquier Mago que podamos llegar a conocer, es gente muy erudita y con un gran nivel de formación general, tanto en Ciencias como en Letras; pero también en el conocimiento de la psicología de los seres humanos. Eso, no significa que cuando nos encontremos con el estafador de turno le neguemos la ayuda que solicita, sino que sabremos darle la verdadera ayuda que necesita.
Ir por la calle, siempre consciente recuerden, y cerrar los ojos ante algo que nuestro Ser Interno entiende que debemos de atender, es un error muy común y que puntúa negativamente en nuestra Carrera hacia la Maestría en las artes mágicas. Por lo tanto, cuando sintamos, ante una situación determinada, un golpecito en el pecho, no te hagas el longuis, párate un momento, respira profundamente dos veces y dirígete allá donde tu vocecita interior te indica e interésate por sí podrías ser útil.
Ya tenemos dos de los requisitos para poder convertirnos en un Mago "ser buena persona" y "mantener una buena formación contínua"; pero aún nos falta una característica primordial y sin la cual, aún siendo la mejor persona del Mundo y un Erudito extraordinario, no podríamos alcanzar jamás la Categoría de Mago: Estar Iniciado, haber nacido de nuevo o encontrarnos en contacto consciente con el Maestro Interior, Yo Superior o Cristo, todo lo expuesto es una misma cosa.
La Formación necesaria para conseguir la Guía del Maestro Interior no es algo baladí; pero requiere de nosotros el Ser buena persona y tener una formación previa adecuada. Con esto solo queremos decir, que los pasos a seguir, siendo secuenciales, no son intercambiables.
Existen muchas Escuelas de Misterios cuyo cometido es orientar, más que formar, en éste sentido. Nuestro "Colegio Invisible de la Rosacruz", también intenta cumplir con esa misión, la de orientar y señalar el camino y, como mucho, acompañar al Caminante en sus primeros pasos; pero el resto del Camino hacia la Iniciación, hacia el Despertar o la Iluminación, es algo personal e intransferible y que debe de conseguirse en solitario; es decir, se requiere el que podamos tener cada día algún tiempo para estar acompañados de nosotros mismos, en meditación, sin interferencia de terceras personas. Esa es la única forma de, algún día, poder contactar con nuestro Maestro Interior y en el que recaerá la responsabilidad de nuestra Iniciación.
El comenzar el Camino Iniciático ya puede considerarse, en sí una Iniciación previa; pero el Camino de la Iniciación total y efectiva es gradual y escalonado. Algunos hablan de tres grados efectivos, otros de nueve, algunos de dieciocho, la mayoría de treinta y tres y unos pocos de noventa y nueve; pero esto es relativo, dado que la Iniciación personal no sigue unos esquemas predeterminados y dependerá de la preparación espiritual previa. Algunos pocos conseguirán la Iniciación con el Primer grado pera la mayoría ni con noventa y nueve la alcanzarán.
Aunque, en general, muchos grupos tienen rituales externos para cada uno de los grados, lo cierto es que solo se trata de dramatizaciones inspiradoras; pero la verdadera Iniciación se produce en nuestro interior. De nada servirá haber pasado por noventa y nueve dramatizaciones si no nos encontramos preparados, espiritualmente, para la Iniciación. Son muchos los que creen que el único requisito para poder ser iniciado es apuntarse a alguna Escuela de Misterios; pero si no se es buena persona y se posee la formación, previa, necesaria, de nada habrán servido los años ocupados en pasar por las dramatizaciones rituales.
Alcanzar el Grado de Mago no es moco de pavo, en tanto que es lo mismo que haber conseguido los requisitos necesarios para poder ejercer el Sacerdocio de Melquisedec; el sacerdocio del Fuego o de Aeth, estar investido por el Espíritu Santo.
Aunque se denomina vulgarmente como magos a los ilusionistas y mentalistas, la Palabra Mago viene de la antigua Caldea y el Título de Mago era exactamente el mismo que Sacerdote de los Misterios en otras culturas y religiones. Ser Mago es ser un Ministro de la Gnósis, alguien perfectamente preparado para indicar el Camino del Despertar. Alguien capacitado para acompañar, a los neófitos, en sus primeros pasos hacia la Iniciación y, sobre todo ello, un ejemplo vivo, a seguir, por todos aquellos llamados a convertirse en los verdaderos paladines de la Humanidad; es decir, en Magos.
Aralba R+C
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