“Mensaje a la iglesia de la Ciudad de Tiatira”
-La Ciudad del Culto a Apolo en Asia-
A.M.L. “Rosa Mística” de la F.R.A. de España
¡Paz, Tolerancia, Verdad!
“Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Tiatira.
Este es el mensaje del Hijo de Dios (Cristo), el que tiene los ojos como llamas de fuego y los pies como bronce pulido:
Yo sé todo lo que haces; he visto tu amor, tu fe, tu servicio y tu paciencia con perseverancia. Y veo tu constante mejoría en todas estas cosas.
Pero tengo una queja en tu contra. Permites que esa mujer—esa Jezabel (espíritu del sincretismo pagano de adivinación y prostitución sagrada) que se llama a sí misma profetisa (pitonisa del oráculo de Apolo)—lleve a mis siervos por mal camino. Ella les enseña a cometer pecado sexual y a comer alimentos ofrecidos a ídolos. Le di tiempo para que se arrepintiera, pero ella no quiere abandonar su inmoralidad.
Por lo tanto, la arrojaré en una cama de sufrimiento, y los que cometen adulterio con ella sufrirán terriblemente, a menos que se arrepientan y abandonen las maldades de ella. Heriré de muerte a sus hijos. Entonces todas las iglesias sabrán que yo soy el que examina los pensamientos y las intenciones de cada persona. Y le daré a cada uno de ustedes lo que se merezca.
Pero también tengo un mensaje para el resto de ustedes en Tiatira, los que no han seguido esa falsa enseñanza, ¿verdades más profundas?, como ellos las llaman, que en realidad son profundidades de Satanás (la falsa Gnosis). No les pediré nada más, solo que retengan con firmeza lo que tienen hasta que yo venga. A todos los que salgan vencedores y me obedezcan hasta el final:
Les daré autoridad sobre todas las naciones.
Gobernarán las naciones con vara de hierro y las harán pedazos como si fueran ollas de barro. Tendrán la misma autoridad que yo recibí de mi Padre, ¡y también les daré la estrella de la mañana! (lucero del Alba o lucero de la mañana)
Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias.
(Apocalipsis 2:18-29)
Antes de comenzar el análisis del mensaje al Egregor de la Iglesia de Tiatira, creemos conveniente realizar algunas puntualizaciones.
En primer lugar hay que observar que estos mensajes son alegorías o metáforas místicas, despojadas de cualquier tipo de literalidad, y dirigidas a unos tipos de “Personalidad” de las diferentes iglesias.
Después debemos de considerar que una Iglesia (ecclesia) no es otra cosa que una congregación de Templos del Espíritu Santo (individuos), de cuyo trabajo conjunto surgen los diferentes egregores, conocidos como los respectivos ángeles de las iglesias.
En realidad no existen las iglesias diferenciadas en esos siete Tipos, sino que, cada una de ellas, posee una idiosincrasia propia mezcla de todos o parte de los siete Tipos de Iglesia que se mencionan.
Por lo tanto las siete Iglesias no son otra cosa que un espejo psicológico en el que poder verse las diferentes congregaciones eclesiásticas con el fin de comprobar si van por el buen camino y, en caso contrario, poder corregirse.
Cómo cada Iglesia reside en un entorno social diferenciado, no es extraño que su propia historia quede contaminada por las costumbres paganas, generalmente idolátricas, del entorno que comparten con los ciudadanos de las diferentes ciudades.
Así tenemos que en el Tipo de Iglesia “Tiatira” se confunde el bajo espíritu de adivinación, propio de los seguidores de Apolo, algunas veces simbolizado por la serpiente, con el Elevado Espíritu de Profecía procedente de Dios; es decir de Cristo, nuestro Señor.
Pero ¿Cómo diferenciar ambos espíritus, uno procedente de las profundidades del Bajo Astral y el otro de la Insondable Mente Cósmica de Dios? El Espíritu de adivinanza requiere de muletillas y un entorno ritualístico necesarios para poder manifestarse. En general procede de la Memoria de la Tierra o los Registros Akáshicos mencionados por la Sociedad Teosófica; por el contrario, el Espíritu de Profecía procede del Espíritu Santo; es decir, del propio Mundo de las Ideas o Mente de Dios.
Lo que a continuación viene puede voltear el cerebro de algunos de nuestros nuevos lectores; pero no por ello callaremos y esconderemos la Verdad bajo la alfombra. En el propio Apocalipsis se relaciona al propio Cristo con el Lucero de la Mañana, el Planeta Venus o Lucifer; quedando más que demostrado, en nuestros escritos anteriores, que el Espíritu de Lucifer nada tiene que ver con Satanás o cualesquiera de sus entidades demoníacas; es decir, arcontes dedicados a preservar la integridad de la Naturaleza Inferior; en concreto, el Mundo y el Cosmos tal y como lo conocemos ahora.
Pues bien, del mismo modo que hablamos de un Demiurgo, emanación del Eón Sophía, auténtico y de un demiurgo impostor, que no es otra cosa que el Arconte del Espacio-Tiempo, Cronos, Saturno, Satanás o Jaldaboath, el Gran Presuntuoso o Autades, según las diferentes traducciones de los evangelios gnósticos; asimismo existe un Gnosis auténtica procedente del Pleroma y una falsa gnosis o pseudognosis procedente de los planos regidos por los arcontes.
La Gnosis auténtica creo que ya la vais conociendo en nuestra compañía; pero lo que, exteriormente, se vende como “Gnosis” revestida de un Conocimiento arcano de Ciencias Ocultas, es aquello que en éste Pasaje se menciona como las “Profundidades de Satanás”; es decir, todo aquello que tiene que ver con el conocimiento del Bajo Astral y cuyos auténticos detentadores son los arcontes encargados de preservar las leyes naturales.
Así, Jesabel, es la representación metafórica de la contaminación eclesiástica por el entorno de un gnosticismo falso procedente del hermanamiento con el paganismo idolátrico, tan dado a las artes adivinatorias como a prácticas colectivas de orgías sexuales como sacrificio a los dioses; es decir, a los arcontes.
Por ello es importante saber discernir la verdadera Gnosis procedente de lo alto de la falsa gnosis procedente de las catacumbas del Inframundo. El verdadero Espíritu de Profecía siempre se manifiesta de forma espontánea sin buscarlo; en tanto que procede de Dios; dicho de otro modo, nadie puede ir a un Profeta para preguntarle cómo será el futuro. Eso solo sucede con los adivinos y que, generalmente, requieren de ciertas muletillas tales que: bola de cristal, cartas, pozos del café, etc, etc…, así como un entorno ritualístico determinado, con el fin de que los arcontes suelten su prenda mágica o adivinatoria; mientras que Cristo el Señor, la verdadera fuente de la Gnosis, no requiere de tal parafernalia.
El Poder de Cristo se muestra espontáneamente, mientras que los arcontes se manifiestan mediante ilusorios y fastuosos fuegos de artificio.
Así un Templo del Espíritu Santo, un verdadero Cristiano, no puede convivir con este tipo de Sinagogas de Satanás contaminadas, y debería de abandonar su Congregación Eclesiástica, antes de que el Mal los alcance a Él o a los suyos. Por el contrario, sin amilanarse, debe denunciar todo aquello que vea y que sea en desacorde con Cristo; es decir, contra las alturas místicas del Pleroma.
Invocar a los Ángeles es lo mismo que invocar a los arcontes y, por lo tanto, eso nada tiene que ver con el Conocimiento Divino, sino con el falso conocimiento de los regentes del Mundo y su Príncipe Satanás; y a eso, lamentablemente, muchos lo denominan como Gnósis.
En Luz Verdad y Amor
¡Que las rosas florezcan sobre vuestra Cruz!
Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. española; Linaje Huiracocha, Aureolus, Camael, Amorifer
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