miércoles, 13 de diciembre de 2023

68.- Mal, miedo e Ignorancia frente a bien Fe e iluminación

  "Mal, Miedo e Ignorancia VS Bien, Fe e Iluminación"


-La Guerra del Bien contra el Mal se desarrolla con el Arma de la Gnosis-





A.M.L. "Rosa Mística" de la F.R.A. española.


¡Paz, Tolerancia, Verdad!


El proceso de la concepción del Mal comienza con la ignorancia, el desconocimiento y la incertidumbre por no conocer lo que en realidad somos, ni cual es nuestro propósito en el Mundo ni, claro está ¿Cual será nuestro Destino?, si sobreviviremos a la Muerte o simplemente desapareceremos sin más. 


Esa incertidumbre existencial es consecuencia de no recordar lo que en verdad somos, cuál es nuestro origen, si acaso lo hubo. Eso unido a un poderoso instinto de supervivencia, fruto de la Especie Animal, a la que pertenecemos, hace que nazca el miedo. Miedo al dolor, miedo a morir y a dejar de existir y a que todas nuestras experiencias vividas se pierdan para siempre.


Ese Miedo, por no saber, es algo que se realimenta con todas las experiencias incomprensibles por la Personalidad, haciendo que el Individuo, cada vez más, se coloque a la defensiva con el fin de intentar no sufrir, ya sea dolor físico, decepciones emocionales, e incluso enfrentarse a la propia Muerte. Así, nuestros miedos los focalizamos, como causa, no en donde debiéramos; es decir, en nuestro propio interior, en nuestro des recuerdo de una Vida ancestral olvidada y de la que, generalmente, no disponemos de la necesaria información y, sin embargo, reflejamos esa Causa Interna hacia el exterior, en la gente que nos rodea, en quienes gobiernan a la Sociedad y, resumiendo en el Sistema, convirtiéndolo, de facto, a todo él, en nuestro Enemigo a batir; es decir, en el fondo entendemos, falsamente, que nos encontramos solo contra el Mundo y antes de que el Mundo, cualquiera de sus partes, nos dañe, nosotros lo dañaremos a Él, a la Parte, con el fin de conseguir nuestro propio bienestar, y ese es el principio del Mal.


Cuando esa actitud de atacar primero a lo que presuntamente nos pudiera dañar, se convierte en habitual, es que actuamos con maldad y, como dijimos, fruto primero de la Ignorancia y, después, del Miedo que la primera produce. De hecho, el Malvado más que ser objetivo de venganza; debería de ser visto con lástima, porque se trata de un Ser que vive descontrolado, a salto de mata y sin saber que, realmente, lo que hace es fruto de su ignorancia, al presumir, falsamente, que todo el Mundo es Malo, que el único Bueno es Él y que cualquier medio es válido para conseguir su objetivo de bienestar absoluto. Un bienestar que, efectivamente, jamás se llegará a alcanzar y, sin embargo, en el proceso del intento, se va regando el tiempo de cadáveres inútiles.


La única forma de combatir ese Mal, cuyo origen es el Miedo que produce la Ignorancia, es alcanzar el Conocimiento de la Verdad; es decir, la Iluminación. Una Iluminación que es necesario, al menos, desearla aunque ésta venga de forma inmediata o de forma pausada; de motu propio o porque otros nos han abierto los ojos con palabras clave que han podido abrir la puerta del Corazón y donde mora la simiente durmiente de Cristo, el Maestro Interior.


Del Fruto del Deseo de más Conocimiento es que surge de la Imaginación, la Intuición y que no deja de ser otra cosa que el germen de la Fe. Cuando nuestra intuición toma consistencia y relevancia en nuestro comportamiento de Vida es que se ha producido la Fe. La convicción de lo que nos se ve, la certeza de lo que se desconoce. Se trata de un conocimiento extraño, en tanto que se sabe lo que la cosa es; pero aún no se sabe el por qué se sabe. La Fe, al contrario de lo que nos hacen creer, nada tiene que ver con la mera creencia en lo que otros nos digan, ya sea mediante la palabra hablada o escrita. La Fe se basa en la experiencia interior fruto de seguir nuestra Intuición y, sin embargo, el Creer se fundamenta en lo que otros han dicho, ya sea verdadero o falso, eso da igual. No solo el Fruto de la Fe es verdad, sino que tenemos plena constancia, consciente, de que lo es.


Así, actuando conforme a nuestra Fe; es decir, lo que la consciencia de nuestro Ser Interno nos dicta, es que actuaremos, siempre, con comprensión, empatía, amor y bondad y eso es el Bien.


Por lo tanto, aquí es donde se hace cierta esa sentencia Rosacruz que dice que el Mal es Bien en formación;  el Mal podríamos decir que es la Piedra bruta que deberá de transformarse, mediante la alquimia de las experiencias, en la más bella de las esculturas; es decir, la transformación del vil plomo en el más puro y refulgente oro.


Es por ello que todo Discípulo de la Rosacruz tiene la obligación de convertirse en un Faro de Luz para todos aquellos de sus hermanos que viven en la Ignorancia y se encuentran sometidos a los vaivenes del miedo y de la incertidumbre. Miedo e incertidumbre que, como hemos visto, es la única fuente del Mal; en tanto que el Malvado actúa muy a pesar de su verdadero Ser Interno, el cual se encuentra opacado por toda la escoria de ignorancia recabada por su propia ignorancia, constituyendo estatuas de barro sin alguna consistencia de verosimilitud. 


Nuestra Misión no está en convencer a la gente de que se encuentra equivocada y que camina por la vía incorrecta, sino de que miren dentro de sí y comprueben, por sí mismos, si van o no por el Camino Correcto. Nuestra Misión es de meros tutores o guías, eso es lo que significa gurú, no de Maestro; en tanto que Maestro solo hay Uno, Cristo nuestro Señor, el único y verdadero Maestro y al que solo podemos escuchar con los oídos, primero de la incipiente Intuición y, después, de la profunda Fe. Y Cristo vive dentro de nosotros porque Cristo es nuestro verdadero Ser. Un Ser Divino, Eterno, Atemporal e Inmortal.


En Luz, Verdad y Amor


Que las Rosas florezcan en vuestra Cruz.


Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. para España; Linaje Huiracocha, Aureolus, Camael, Amorifer.

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