miércoles, 13 de diciembre de 2023

37.- Politeísmo, teísmo, deísmo

  "Politeísmo, Teísmo, Deísmo"


-No, no somos spinozistas o panteístas-


¡Paz, Tolerancia, Verdad!


AML de la FRA para España "Rosa Mística"





Las definiciones son algo demasiado objetivo y creado por los seres humanos, así los conceptos creados para definir a Dios sufren de las necesarias carencias de seres, nosotros, bastante ignorantes que por no recordar, no recordamos ni nuestra verdadera identidad. Bueno, esto último es lo que diferencia a un verdadero Iniciado de un mero profano. Ese Recuerdo Divino, ese Conocimiento ancestral de todo y olvidado es lo que se conoce como La Gnosis. 


La Gnosis, en tanto que Conocimiento Primordial, es la fuente de todo conocimiento, ideologías y religiones. Ese es el único motivo de que todas, absolutamente todas, las religiones del Planeta desprendan, muy a pesar suyo, un componente gnóstico y que las propias teologías religiosas consideran como heréticas; es decir, fuente de herejía y falta de ortodoxia.


Las religiones teológicas, que promulgan la creencia en algún o algunos dioses personales, semejantes a los seres humanos y que, consideran que se muestra/an mediante su revelación en libros sagrados o mitologías, son el Monoteísmo y el Politeísmo. Monoteísmo si la Religión ofrece una única Divinidad, de cuyas manos ha salido toda la Creación, incluídas las jerarquías regentes del Universo y colaboradores necesarios en la Creación de Éste; el Politeísmo, por el contrario, aunque admite una Jerarquía Divina comandada por un Dios Supremo, nos presenta a los Dioses como poseedores de una misma Esencia Divina Eterna y, en general, preexistente respecto de la Creación, siendo todos, de algún modo, colaboradores esenciales en el Proceso de la Creación y, consecuentemente, del surgimiento del Ser Humano.


En ambos casos, tanto en el Monoteísmo como en el Politeísmo se suele representar a los Dioses con forma más o menos antropomorfa, aunque de dimensiones notablemente exageradas. Es decir, el Ser Humano ha creado a sus divinidades teológicas a imagen y semejanza suya, invirtiendo en los libros denominados como sagrados los términos y dejando manifiesto justo lo contrario; es decir, que el Ser Humano fue creado a imagen y semejanza de su Dios.


El Deísmo, por el contrario, a pesar de considerar la existencia de un Dios Personal; es decir, Consciente, con Voluntad e Iniciativa creadoras, para sus seguidores sigue siendo su Ser un absoluto enigma, en tanto que como Ser Absoluto es incomprensible que pudiera mantener algún tipo de semejanza corpórea con el Ser Humano, pues eso lo convertiría en limitado y finito.


De algún modo, sin entrar en tecnicismos filosóficos, el Deísmo representa de una forma Gnóstica, la Esencia de la Divinidad; es decir, Dios existe, es un Ser Personal y Creador; pero que no nos es manifestado por la voluntad de algún escritor humano, sino por su propia Creación, tanto visible como Invisible. En el Deísmo, al contrario que en el Panteísmo, Dios es algo absoluto y completo con voluntad y consciencia creadora; es decir, Dios no necesita de sus criaturas para evolucionar; sino que son sus criaturas las que se transforman, en su interior, para conseguir la Consciencia de la Divinidad al recordar la esencia preexistente de su Espíritu antes de ser atrapados en cuerpos materiales dependientes de una estructura de cuatro dimensiones; es decir, Espacio Temporal.


Así, el Dios del Deísmo, como el de la Gnosis, es un Dios ignoto, cuya Forma y Esencia son desconocidas; pero que puede ser especulada, en tanto que, nosotros, como parte de la Creación estamos compuestos por unos pocos de los mismos elementos que constituyen a Dios y, en eso, se asemeja al Panteísmo, en tanto que todo nacer, mora y medra dentro del Cuerpo de Dios; aunque se trate de un diminuto lugar existencial comparado con la infinitud del Cuerpo del Creador.


Así el Dios del Deísmo y de la Gnosis difiere de los Dioses teológicos en que no posee una forma determinada, independientemente de que posea la capacidad de manifestarse en muchas formas reales o ilusorias; o mediante mensajeros que no serían otra cosa que criaturas más cercanas a Él que nosotros mismos.


Así la Plenitud es su Forma y por ello los gnósticos lo denominaron como el Pleroma. Es incognoscible, en tanto que la Infinitud no puede ser revelada mediante la Finitud; pero, por otro lado, es Consciente de sus actos y posee voluntad de hacer o deshacer según crea conveniente; y, en ese sentido es en el que sí podemos considerar que el Ser Humano ha sido Creado a Imagen y Semejanza de su Creador; pero, ¿en verdad, Éste Dios Supremo, es el que ha creado a un Ser imperfecto, como es el Ser Humano, y ubicado en un entorno imperfecto y hostil como es el Universo?


El Dios Deísta de la Gnosis es la fuente primigenia y origen de todo. Es tanto quien produce la Energía creadora como ofrece la Consciencia y Voluntad Creadora; en tanto que dentro de Él, en su Esencia, el Éter, se encuentra todo lo que pudiera ser imaginable o posible en forma de ideas. Ese es el Mundo de las Ideas del que nos hablara Platón; es decir, todo lo manifestado poseyó una existencia eterna en la forma de ideas en la Mente de Dios; pero esas ideas fueron llamadas a manifestarse en el Plano Físico por jerarquías divinas consustanciales con el Pleroma; pero perfectamente independientes. Es así como no es el Dios Ignoto y Supremo del Pleroma quien comete el error de una Creación imperfecta y condenada a una permanente degradación, sino emanaciones del Pleroma, en éste caso eones, y que no vendrían a ser otra cosa que meras células consustanciales con el Pleroma.


En éste caso, los errores de la Creación son cometidos por eones, en nuestro caso el Eón Sabiduría y nuevas emanaciones de éstos eones; en nuestro caso el Demiurgo que, al fin y al cabo, como diseñador y arquitecto del Universo es el responsable último de que todo saliera tal y como lo conocemos y no de otro modo más sublime y perfecto.


No se trata de que el Demiurgo sea una suerte de demonio maligno sino un Ser imperfecto que crea, a partir del Diseño de las Ideas del Pleroma, de forma precipitada confiando arrogantemente, quizá en una perfección que nunca ha poseído; en tanto que solo el origen, como Pleroma, podría considerarse plenamente perfecto; pero no así sus emanaciones.


Quisiera ponerles un ejemplo que comprenderán a la perfección:


Supongo que tienen todos ustedes una idea general de lo que son un Holograma y una imagen holográfica. Tengan en cuenta que lo que sigue es una mera analogía.


Imagínense un Holograma sin límites; es decir, infinito y constituido por infinitos micro hologramas. Si podemos imaginar algo cercano a la perfección, lo estaríamos observando al ver a éste Holograma semejante al Pleroma, que lo posee todo y al que no le falta nada de Información; sería una suerte de imagen de lo que denominamos como Gnósis completa, no parcial.


Ahora imaginémonos uno de esos infinitos micro hologramas que constituyen el Holograma Pleno y que, teóricamente, hemos estudiado que poseen absolutamente toda la información de la que dispone nuestro Pleroma, el Holograma completo; pero entonces, nos decimos que si el Micro Holograma posee la misma información del Holograma Completo, éste Micro holograma poseería la misma perfección que el Holograma completo del Pleroma y sus actos, en consecuencia, también serían perfectos; pero eso no es así.


Como un Original que se fotocopia y de cuya fotocopia se hace otra fotocopia y, así sucesivamente, la imagen termina degradándose y perdiendo definición, lo mismo sucede con los micro hologramas que conforman el Holograma completo; es decir, cualquier porción del Holograma Original posee toda su información; pero, a medida que el cacho de holograma es más diminuto, la Información, el Conocimiento, la Gnosis se va degradando y perdiendo perfectibilidad; así, si el Universo hubiese sido creado por Dios, el Pleroma incognoscible, éste y todas sus criaturas serían perfectas, pues serían una copia fiel y perfecta del Mundo de las Ideas; pero al haber sido diseñada por un micro holograma; es decir, el Demiurgo que es la Emanación del Eón Sophía y que, al propio tiempo es una emanación del Pleroma, la imperfección en el producto final, la Creación, estaba casi asegurada.


Es importante que recuerden que Dios vive en nosotros del mismo modo que el Pleroma vive en sus eones; pero solo el Pleroma, en su majestad Plena, es perfecto; no nosotros ni los creadores de nuestros cuerpos y mundo, en tanto que ellos son emanaciones del Pleroma, como nosotros lo somos de nuestro Creador y eso, a pesar de todo, no significa que el Politeísmo tenga razón y existan múltiples dioses, sino manifestaciones diversas de una única Consciencia y Voluntad creadora.


No obstante, en tanto que criaturas, nosotros poseemos un vínculo holográfico tanto con nuestro Creador como con las fuentes de las que procede nuestro Creador; es decir, del Demiurgo y del Eón Sabiduría, por lo que poseemos el poder de imaginarlos a ellos y el modo en que pudimos haber sido creados y eso, aún así, no puede ser considerado como revelación divina sino intuición divina; luego ni un Dios ni varios dioses nos han sido revelados mediante algún elegido de entre nuestros iguales; sino que ése, vamos a llamarlo vidente o profeta, ha tenido una visión de su imaginación y la cual ha sido tomada como una revelación.


Dios está y vive en nosotros; pero como una imagen más o menos degradada que en germen posee toda la esencia del Pleroma; pero la Información, la Gnósis, no se encuentra perfectamente identificable. Es como una fotografía borrosa que le faltara cierta definición. Solo cuando los micro hologramas funcionan, en conjunto como un solo Holograma, la definición de la Imagen es absoluta; es decir, perfecta y ese es el verdadero motivo de que nosotros y nuestro Universo no saliéramos perfectos, en tanto que nuestro Creador, al cual llevamos en nuestro Interior, solo era una emanación de otra emanación del Pleroma y, lo que es peor, nosotros en tanto que seres independientes, cada vez que nos multiplicamos como individuos de la Especie Humana, estamos degradando más y más la Gnósis original; es decir, fragmentando más y más la información que con su aliento de vida nos insufló el Demiurgo.


Y, al final la Iglesia siempre tuvo la razón. El Fruto prohibido fue el sexo en tanto que medio de propagación de la Especie y, por lo tanto, de división del Adám Original que poseía en su Ser, en pleno, la Gnósis del Demiurgo, su Alma. Somos almas fragmentadas del Alma del Demiurgo.





En L.'.V.'.X.'.


Que las Rosas florezcan sobre vuestra Cruz


Frater Aralba R+C. SC de la FRA de España; Linaje Huiracocha, Aureolus, Camael, Amorifer.

 


  



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